sábado, septiembre 08, 2007

Nacimiento (cont.)

Saludos,

...[continuá de aquí].

"Sorprendido al no ver más al forastero y estar tan cerca de saber cuál era el lugar dónde vivía el joven se retiró a su casa. Al ir caminando recordaba el trayecto que habían seguido. Cuando llegó, tuvo la impresión de haber seguido una sombra que se desplazara en la luz, sus movimientos no eran naturales y mucho menos con la velocidad con los que los hacía.
El joven al dormir siguió caminando en su sueño por los callejones que había recorrido esa misma noche. Trataba de fijarse en los detalles, en los olores. Todo lo trataba de recordar.
Al despertar salió corriendo de su casa, fue directamente a la taberna-comedor y vió al forastero paciente, esperando a los que iban por curación.
'No vuelvas a seguirme.' - dijo el forastero al sentarse el joven a la mesa. El joven no pudo decir nada mas. Estaba impresionado, sabía quién lo había seguido y le hacia una advertencia con un últimatum implicito. Sin pedir medicamento se retiró de la taberna-comedor. Su curiosidad no lo volvió a tentar y dejó que el forastero se fuera cómo quisiera a su lugar de descanso.

El forastero seguía atendiendo a cualquier persona. Comenzó a ir a recetar a personas enfermas en los domicilios. No tardaba en llegar el enviado por parte del enfermo a la taberna y decirle la ubicación, cuando el forastero los retiraba de la misma y salía por la puerta del callejón. Las mas de las veces el forastero ya estaba recetando a la persona enferma, antes de que llegara el enviado. El enviado llegaba simplemente a ver la cara del paciente.
Un día caluroso una mujer tabernaria le preguntó al 'jindu' (había desistido de obtener sus prácticas orientales) porque estaba en ese lugar, ayudando a quien se lo pedía. El forastero levantó su mirada y le contestó que tenía que practicar en algún lado su conocimiento. Un sabio de su región le había dicho que tenía que viajar y practicar para que le fuera revelado un secreto que se ocultaba en los hombres.
La mujer estaba sorprendida, estaba practicando con su pueblo. No podía creerlo, tenía que comunicarlo. Esa misma noche, la mujer tabernaria, perdió el conocimiento en alcohol y olvidó lo dicho por el forastero.

III - Descubrimiento

El forastero duró varias temporadas en el lugar. Atendía a las personas y le pagaba al tabernario con las personas que se quedaban a comer o beber. La gente era mas sana y los paseantes al otro lado de la vida eran menos. Al haber alguno, el forastero era avisado y partía a hacer exámenes y revisar las mucosas.
En las últimas temporadas que pasó el forastero en el pueblo, se le notaba alerta, distraido, entusiasta. Parecía comenzar a formular algún artilugio o fórmula. Se le veía pasear por las noches en los jardines para después desvanecerse en su amiga, la noche.
Al día siguiente era pasivo pero no tardaba en impacientarse y de nueva cuenta, se le notaba entusiasta. Los rumores, que nunca faltaban, decían que tenía un querer con la dueña de la peletería, porque le habían visto tirada y siendo besada varias veces por el forastero, para después dar empujones en el pecho de la peletera. A esos rumores se le atribuía su impaciencia.
Pero el pueblo estaba mejor que nunca y no daban mas de que hablar.

Un nublado día del período de lluvias, nació una pequeña mujercita. Hermosa como el cielo y atenta como el búho. No había ser humano en el pueblo que se le comparara. Se quedaba mirando fijamente a sus padres por horas, para al termino de su pensamiento sonreir y voltearse a ver otras cosas. Su atención llamó la atención del forastero y comenzó a frecuentar la casa de la niña atenta.

...[continuará.]"

Arriba y adelante!!!

3 comentarios:

ChavirA dijo...

Muy bueno... pinchi jindu, deberia de practicar por aca...

Saludos!

Alejandro Vargas dijo...

jajaj, sale chido chaville, ya mero viene la siguiente parte

Ån€iëNt §Öû£ dijo...

11 dias despues.... :O jaja va bien va bien