sábado, noviembre 25, 2006

Iteso, último fin

Saludos,

sábado por la tarde, una hora temprano para comer y tarde para desayunar. Aunque a algunos les parezca no tan lógico esto de que sea desayuno a las 2.

A esa hora llegue al Iteso. Los carros salían despavoridos, con personas con cara de "por fin, una semana menos". Todo es diferente cuando a esa hora vas llegando con ojeras en tu faz.
Apresurado un carro avanó por mi izquierda a tomar un lugar en el ya semi vacio estacionamiento. Sólo lo ví pasar y estacionarse debajo de un árbol, dónde seguramente algunos traviesos pájaros lo cagarían.

Adquirí un lugar dónde los pájaros no llenarían el carro de mierda. Saqué mis chivas y me dirijí con paso lento al edificio F. Me topé con un compañero, le dí ánimos para continuar una semana más, simplemente sonrió y siguió comiendo su granola.
Caminé y subí las escaleras. Sólo los pasos de algunos se escuchan a lo lejos, huyen del Iteso a toda marcha. Se comenzó a escuchar murmullos. Hay vida en el F. Subí y me encontré con varios electrónicos.
Había un tipo dormido con un sleeping como cobija. Se sentía fraternidad. Pregunté por mi compañero de equipo de Redes.
Me comentaron que estaba en el laboratorio de abajo. Fuí a ver sí estaba, no, no estaba, más su Kenny de llavero lo delataba, el sujeto seguía por los rumbos.

Caminé hacia los salones dónde todos sufrimos. Los del segundo piso del T. Pero, ¿por qué sufrimos ahi?

  1. El aire acondicionado está a su máximo, por lo que el frío es inclemente y sales y hasta calor se siente.
  2. Estás entre puro bato.
  3. La desesperación puede ocasionar lesiones mentales.
  4. La puerta de la OSI, YA! está cerrada.
  5. Las computadoras de ahi son una cochinada. Las segundas peores en todo el iteso. Las primeras son las de los laboratorios de electrónica, que aún tienen Windows 98.
  6. No hay almohadas.
  7. A las doce u once aparecen dos tipos hoorribles! pidiendo las credenciales.
  8. Un estornudo puede desconectar una hilera de computadoras.
  9. El grado de divagación es extrema a las 4 o 5 am.
Pero pasemos en lo que estabamos. Busqué a este sujeto. Nada. Subí de nuevo a preguntar por él y ya me contestaron que en su casa.
Me pusé de acuerdo con mi compañero de equipo y apareció mi otro compañero.
Comencé a redactar lo que sería mi presentación para mi proyecto final.

Al cabo de un rato, llegaron apurados dos batos, que Daniel (dcastro@iteso.mx) no había entregado las listas. Eso nos llevaba a la desesperación y más a los que tenían que estar ahí. Nos iban a correr a todos. No sé al fin como estuvo que obtuvieron las listas, pero ya las tenían.
Mi problema era mayor, era invasor en ese laboratorio, tenía que estar en el T-202 y estaba en el F-301. Eso no era nada bueno. Me sacarían de patitas a la calle.
El de seguridad checó mi credencial. No estaba apuntado en la primera lista...problemas. Me asomé a la segunda lista...no aparecía, oh, oh. Cambió de hoja y ahi estaba, apuntado en las listas. Me pusó una marca y listo. Estaba autorizado para estar ahí.

Me dispusé a continuar con mi presentación. Al cabo de un rato la tripa ya rugía. Terminé aquello, me pusé de acuerdo con mis compañeros y partí, no sin antes despedirme de mis compañeros por unas horas.
Bajé por las escaleras del T que dan al estacionamiento. Murmullos de personas en los laboratorios. No los escucharé en la madrugada.

Me retiré a gran velocidad, despavorido, pero sabiendo que mañana volveré.

Arriba y adelante!!!

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