martes, julio 29, 2008

Me casé con un comunista

Saludos,

el día de hoy mientras esperaba el cambio de turno, para poder ir a comer terminé el libro de Philip Roth y creo que puedo decir mucho. Puedo abarrotar el post del día con palabrería sobre el libro. Un libro que desde hace año y medio me llamó la atención gracias a JIC que mencionó una frase que, si bien puedo decir que no ha marcado mi vida, ha cambiado gran parte de lo que pienso: “Las estrellas son indispensables.”
Una sencilla frase que me ha puesto a pensar porque realmente existen las estrellas. Y simplemente llego a la conclusión de que tienen que estar ahí, tienen que existir. Por qué? Porque son necesarias en el cielo incólume.

Y pasando a la novela. Trata sobre la vida de Ira Ringold, contada por su hermano Murray y Nathan Zuckerman (me parece que es alter ego de Roth). Su vida desde nacido hasta su muerte. Pero además de su gran vida, su idealismo hacia el comunismo (que en teoría funciona), su gran lucha por la igualdad de clases. Quizá todo esto no sea de gran emoción al verlo escrito, lo que lo hace interesante es ver la lucha de clases en Estados Unidos, un lugar donde la libertad de pensamiento ha sido un gran distintivo y leer como nada de eso fue cierto. Cómo hubo espacios en los cuales el pensar por una igualdad era sinónimo de convertirse en comunista y con esto, la perdición.

Podemos leer como un hombre luchó toda su vida por el comunismo, desayunaba, comía y cenaba comunismo. Pero lo que el llegó a creer que era lo ideal, lo mezcló con lo que creía que era secundario, hizo un batido y tuvo que tener una consecuencia.
La charla entre Murray y Nathan se desarrolla a lo largo de 6 noches, en las que se recuerdan varios episodios de la vida de ellos con Ira.
Para mí, una gran novela, que tenía ya mucho tiempo en el buró, una novela que me impresionó, me indignó y me hizo reir.

Esta novela forma parte de la saga de Zuckerman, pero no es indispensable haber leido las anteriores para que esta funcione. Ahora esperemos que el siguiente año sí se le haga justicia a Roth, por ahi dicen que la tercera es la vencida, así que crucemos los dedos y digamos: “Roth para Nobel”.

Arriba y adelante!!!

2 comentarios:

Nacho dijo...

conque una lectura no muy recreativa en horas de trabajo, chico.

Alejandro Vargas dijo...

Claro que es recreativa. Puedes calarla ;)