Farol
Saludos,
"Un farol prendido se veía en el fondo de la calle. Del otro fondo de la calle, Claudia comía un helado gigantesco de chocolate en la nevería.
Claudia saboreaba el amargo sabor del cacao, disfrutaba el frío de la leche congelada y su lengua la sentía entumida al haber comido tal cantidad de helado. Y lo que le faltaba.
Su cerebro sufría congelamiento, de ese dolor que te da arriba del ojo. Se comenzó a retorcer en su asiento apretándose por arriba del ojo. Dejó caer la cuchara en el plato de cerámica.
La camarera, con una sonrisa, le preguntó a la chica que si estaba bien. Claudia simplemente movió la cabeza riendo de gusto y de dolor al sentir ese 'sufrimiento'. Volvió a tomar la cuchara, tomó la servilleta, se limpio los labios con ella y sacó una pequeña cucharada de helado de chocolate. Al írsela llevando a la boca, su lengua ya paladeaba lo amargo del mismo helado, su razón le decía que podía sufrir otro cerebro congelado, pero su estómago pedía más y más.
Al llegar la cuchara dentro de su boca, tocar con la lengua la parte baja del utensilio para alimento, sus labios se cerraron y con ellos sus dientes. Hicieron una especie de cuenca para retirar el mantecado. Sacó la cuchara de la boca y empezó una fiesta. Los sensores de adelante de la lengua detectaron dulce; los de atrás amargo; los del centro fue frío; los demás...detectaron algo que no se puede saber. La nariz se abrió para dejar entrar el olor del chocolate que tenía enfrente. Sus ojos se dilataron saboreando esa delicia del nuevo mundo. Su piel se puso chinita empezando desde su nuca hasta la espalda baja provocándole un escalofrío. Sus oídos se taparon para aislarse del mundo y poder realmente exprimir el sabor de semejante manjar.
En el punto en el que su instinto dijo, pasa, pasó. El helado semiderretido pasó mas allá de su lengua. Se despidió de la campanilla y de las, aún existentes, amigdalas. Recorrío su traquea enfriando las paredes y cayó como un hielo en un refresco caliente, haciéndose notar. Todo este proceso duró menos de 5 segundos, lo sabía Claudia, pero siempre era eterno. Cuando volvía a concentrarse en el mundo exterior pensaba que su helado se había derretido en el platón. Pero el helado, cómo un soldado en primera fila del primer batallón, estaba esperando su hora.
Al cabo de 10 minutos el contenedor quedó vacío. Chocolate liquido pegado en las paredes indicaban que alguien había comido sin piedad el helado. Al lado del contenedor 5 pesos de propina. Claudia caminaba en dirección al farol, abstrayéndose del mundo para evitar la desolación que sentía."
Arriba y adelante!!!
7 comentarios:
Muy buena descripción!!!
Pero vaya, vaya, Claudia no era una niñita, bueeeeeno..sabía de helados y de propina.
Pero de seguro el farol sabe aún más, testigo de tantos amantes del helado...
Muchas gracias c0o1. Traté de hacerla lo mas descriptiva posible.
No, Claudia no era una niñita, o al menos no la pintaste así tampoco.
mjm
Me antojaste un helado...
Pero prefiero un java chip :D.
uhhhh es delicioso...pero no puedo tolerar su precio.
Me encanta el chocolate. Me gusta como logras transmitir sensaciones, eso es bueno. Sólo te aconsejaría evitar la repetición innecesaria (farol de la calle, se repite en las primeras líneas, por ejemplo). Nada grave que no se pueda pulir.
Un saludo!
Gracias por la sugerencia y que estes pendiente a las actualizaciones. A pulir la escritura :D
pinchi chico!!!! pulete!!!!
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