jueves, mayo 03, 2007

Las canicas

Saludos,

"Fulano, de 7 años, jugaba en el jardín de enfrente de su casa. Ese lugar era más que un jardín, era un parque dónde los niños de alrededor se juntaban a jugar canicas, futbol, escondidas, cebollitas, y todas esos juegos que solíamos o solemos jugar de vez en cuando. Era también terreno inhóspito cuando su imaginación volaba; era jungla o era bosque; era el Azteca o era una pista para bicis.

Un día de esos dónde el calor azota la calle, dónde los rayos de sol queman en la piel, varios niños se pusieron a jugar canicas. Hicieron varios hoyitos en la tierra del parque y enseguida fueron corriendo a sus casas a toda prisa, mas de uno tropezó en la banqueta por tan exaltado que iba, por sus canicas. Fulano entró a su casa, corrió a su cuarto, se deslizó desde la entrada del mismo y tirado de panza buscaba debajo de su cama la caja que tenía otra cajita, dónde en una bolsa guardaba sus canicas.
Encontró la caja, la cajita y las canicas, para salir corriendo de vuelta al parque. Su madre le gritó algo desde el patio, pero Fulano no escuchó.

Al llegar al árbol dónde habían hecho los hoyitos vio a la mayoría de sus amigos reunidos, todos emocionados, pero sus amigos al ver la bolsa de las canicas temieron como cada vez que jugaban contra Fulano. Fulano era un as para ese juego.

Todos sacaron sus canicas. Fulano confiado a ganar de nuevo el juego las tiró haciendo gran escándalo.
Un niño, aproximadamente de la edad, también sacó sus canicas, pero él era de los nuevos del rumbo. No hablaba con nadie y de hecho Fulano era la primera vez en dos semanas que lo veía participar en algo.

El juego comenzó. Había cierto nerviosismo en el aire, Fulano estaba perdiendo. El otro niño era mucho mejor que él, tenía tiros curveados, en reversa y una gran cacalota. El juego terminó y para sorpresa de todos, Fulano había perdido. Y quién mas, que el nuevo.

'Una mala jugada ehh, así no encajarás, calladito!' - gritó rabioso Fulano.
'Solamente jugué como lo hago siempre.' - le dijo el niño nuevo.
'Qué pasó?' - preguntó Callado.
'Cállate Callado, no te hablo a tí. Es a ese, al nuevo.' - siguió gritando dirigiéndose primero a Callado y después al niño nuevo.
'Me llamo Sutano' - dijo el niño nuevo.
'Bien Sutanito, es hora de darte tu lección' - le gritó Fulano mientras se avalanzaba con los puños cerrados.
'No. Ese es el nombre de mi hermanito' - contestó Sutano, cerrando también los puños y esperando a su rival.

Durante 5 minutos se estuvieron pegando, e hicieron un gran alboroto alrededor: ' Tú puedes Fulano! Dale duro! Ya no le pegues! ' gritos confusos de cuatro niños y dos niñas. Sus gritos se escuchaban en todo el parque y los precarios insultos flotaban igualmente, 'Tonto! Cara de sapo! Calladito!'.
En poco tiempo vecinos del parque fueron corriendo al gran alboroto y separaron a los dos pequeños combatientes.
Fulano tenía un cachete hinchado, una mordida en el brazo derecho, un moretón en el izquierdo y su espalda sudaba demasiado.
Sutano sacaba sangre de la boca, un gran golpe en la encia superior, se le veía un mechón arrancado de cabello y un brazo hinchado en ese lugar dónde te pegas y te cala.

Los dos fueron llevados uno frente al otro para estrecharse las manos y olvidar esa rencilla. Se negaron a estrecharlas.
Al no poder hacer más, los vecinos llevaron a sus casas a los peleoneros, dónde recibirían un castigo de sus padres.

Ese día Fulano y Sutano se pusieron hielo, por orden de sus madres, en sus caras. Pensando en lo ocurrido, rieron a carcajadas."

Arriba y adelante!!!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

que hermosa historia! me trajo muchos recuerdos, aunque no era muy buena en las canicas me encantaba jugar a las canicas. Que padre cuento en serio! muchas felicitaciones :D

Alejandro Vargas dijo...

Muchas gracias Adalú, que bueno que te gustó el cuento,si gustas por ahi está otro de Fulano y Sutano, unas cuentas entradas mas abajo.

Saludos hasta Austin

Anónimo dijo...

ha bueno gracias :D voy a checarlos ;) por cierto muchisimas gracias por tu comment en mi pagina! gracias