lunes, agosto 13, 2007

No, no pases por ahí

Saludos,

sin duda el día de hoy ha sido de los más polémicos en mi taller de ensayo con mis ya acostumbrados ensayos que son...raros o valga la redundancia, polémicos. Y eso me agrada tanto, porque me ayuda a mejorar más en mis escritos, ensayos, cuentos, etc. El de hoy, bueno, coméntenlo y destrocenlo, ahi va:

No, no pases por ahí

Saludos,

¿alguna vez les han dicho: “Necesitas ir a comprar UN diccionario”? Seguramente si. A mí me lo acaban de decir. Acaban del verbo hace 2 semanas.
Mis manos sudaron frío. Mi cuello se tensionó. Imágenes de perdición y letras vinieron a mi cabeza. Shakespeare se reía a carcajadas mientras me mostraba a su contrincante Cervantes que comenzaba a hacer su rictus. Dante miraba con Virgilio desde el purgatorio mi desgracia. Todas esas imágenes venían una tras otra. Pasada esa sensación vino un nombre aterrador: Gandhi. La terrorífica y magnífica librería Gandhi. Por unos momentos me vi como el Quijote, devorando libros sin comer alimento. Tenía que ir a surcar sus laberintos líbricos. Yo tenía que ir a la librería Gandhi. Y no porque no me guste ir, al contrario lo disfruto, si no que termino comprando más.
Pero lo curioso de la situación es la situación misma. Comprar un diccionario. No tiene nada de especial. De peores cosas se ha muerto la gente.

Sin duda ir a Gandhi es como una barata de Fábricas de Francia. Recuerdo las largas filas de señoras en las cajas para pagar una prenda porque era fin de temporada, día de las madres, día del padre, de reyes, de muertos, del sobrino, compadre, hijastro, o alguna fiesta con algún motivo para poder usar la tarjeta y para que el marido, amante, padre o novio, en la fecha que llegue el estado de cuenta, tenga que sentarse pacientemente en la mesa y observar con lágrimas secas el saldo. Son situaciones que te envuelven. Y realmente lo hacen. La tienda está atestada de señoras que cargan con 5 prendas para que no se las tomen; niños corriendo entre la ropa o tallándose en las alfombras para después tocar a otro y darle el toque de su vida; hombres parados en los pasillos viendo en las pantallas videos de Ricky Martin, Britney Spears o el “fucho” (esa es salvación para muchos de nosotros). Así lo es, envolvente. Sales detestando el ambiente, oliendo a “Fábricas”, peleándote con la cajera, el “poli”, la señora del carrito plástico para el chamaco baquetón, la señora de la carreola que echa todo a la misma, etcétera. Pero es más que seguro el regreso a la siguiente barata.

Es un vicio, una compulsión. Pero a diferencia de un comprador compulsivo, hay compradores selectocompulsivos. Compran escogiendo. Pueden tardar horas, pero al fin y al cabo seleccionarán algo y listo. Adquisición completa. Ahora, siendo un servidor saliendo por una puerta clandestina al centro de una librería es terrorífico. Los libros me hablan. Los títulos rebotan. Todo me envuelve. Pero aquí no hay niños corriendo en las gastadas alfombras, ni gente amontonándose para pagar. Yo soy más selecto.

Arriba y adelante!!!

Fue una charla agradable y con mas integrantes en las filas ensayísticas. Sin duda tomaré en cuenta los comentarios de mis compañeros y a seguirle dando.

Arriba y adelante!!!

4 comentarios:

ChavirA dijo...

Me "gusto", estaría de mas que pusieras los comentarios de tus compañeros?

Saludos!

Alejandro Vargas dijo...

No, no estaría de mas, pero quiero que se comente un poco mas por aquí para evitar que se pongan los mismos comentarios.

Gracias chaville!

Jos Velasco dijo...

yo creo que está cañón que pongamos los mismos :p

Aunque por otro lado si pudiera influir.

Alejandro Vargas dijo...

ah si, sería muy fuerte poner los mismos porque hay que sentirlos. Pero se pondrán muy a grosso modo.