martes, julio 17, 2007

El romanticismo

Saludos,

mientras estaba en mi casa después de comer escuché una de las maravillas que la música y el espectáculo nos han podido brindar.

Así es, es el organillo, ese armatroste gigantesco pesadísimo que hemos visto generalmente en las películas o series. Ese instrumento con una manivela que se mueve rítmica o arríticamente dejando salir un sonido peculiar. Ese instrumento que generalmente lo hemos visto acompañado de un mono bailador que pide dinero. Ese mero, lo escuché, de nueva cuenta, hoy en la tarde por las calles de mi casa.

Se encontraba por Pedro Loza entre Angulo y Garibaldi. Se decía que quedaban pocos instrumentos de este tipo, y a lo mejor es cierto, pero de nueva cuenta volví a escucharlo e incluso ví al sujeto con su ayudante (que no era un mono) pedir dinero a los transeuntes.

Recuerdo que cuando era pequeño, cuando caminaba por el centro (gran novedad, vivo en el centro), bueno, cuando caminaba por las telas no-me-acuerdo-que-nombre-tenían estaba un señor con un gran organillo de color blanco. Se escuchaba desde 2 cuadras el sonido peculiar y siempre esperaba ver a un mono bailador que me pidiera una moneda. Nunca lo ví, pues no lo tenía. En lugar de eso tenía una jícara plástica donde la gente le dejaba sus monedas.

Ese fue un momento de romanticismo el día de hoy. Recordar lo que fue y que puede ser que ya no sea, pero que al fin y al cabo, disfruté.

Arriba y adelante!!!

4 comentarios:

ChavirA dijo...

Dios bendiga a todos aquellos monillos que sirvieron tan fielmente al Señor del Organillo...

Saludos!

Alejandro Vargas dijo...

Jajaja, son tan chistosos esos monos

Nacho dijo...

es como el que muerte a homero simpson en un capítulo de la serie los simpsons?

Alejandro Vargas dijo...

que se le lanza a la cara, sip, que traía chalequito, como ese mero.