La ida a ninguna parte

Saludos,

pues esto pasó hoy, lo relataré, siendo que este no era el motivo principal de la entrada, pero mañana la verán. Nota para el autor: "¿se puede escribir todo?"

La ida a ninguna parte, parte 1
Eran las 11:00 am, personajes de gran talla se encontraban en la cafetería. Gritos y sombrerazos. c0o1 (el de c0o1.com) sentado al lado de Saiyan poniéndole atención para entender el gran mundo de la Arquitectura.
¡Chiquillo, vamos a los Juan! - grita un sujetillo de lentes, parecido a Austin Powers - Sí, porqué no, no tengo clase - contesto.

Ya éramos bastantes apuntados a la ida a los Juan, como de cariño se le conocen. Dentro de mí pensaba que era la primera vez que iba a los Juan en el semestre. Mi vida consumida por SO no me lo permitía, de hecho la consumió tanto que me faltan 153 horas de becario, 153!!!
Cuatro íbamos rumbo al edificio dónde estaría un quinto. Ese quinto no partició en la ida a los tacos, al igual que el cuarto.

Decidimos partir al estacionamiento exterior donde se encontraba el móvil. Sujetos malencarados nos seguían de cerca en el estacionamiento. El sujeto que manejaba el carro de los malencarados me presionaba cuasi atropellándome. Nos adelantamos un poco. Ahora eran dos malencarados y una extranjera; bastante estresado subimos al móvil no sin antes percibir un olorcillo acre, dígamos vómito.
¿A dónde vamos ahorita? - preguntó el chofer malencarado.
Vamos por Samo y por Gaby - contestó el sujeto de traje que traía por chofer y guardaespaldas de la puerca.
Con una mueca lo indicaba todo en el malencarado. No más vámonos por López para dejar a Julia - dijo después de esto.

Nos encaminamos por camino al Iteso, camino de 40km/h máximo. Por supuesto que eso no lo respeta nadie.
Dejamos a Julia, y seguimos nuestro camino. Unas cuantas vueltas, acelerones, escamadas de los malencarados al sujeto de traje que traía por chofer y llegamos al primer destino, casa de Samuel.

La ida a ninguna parte, parte 2
En casa de Samuel la demora fue mínima, unos cuantos claxonzasos, timbre, 3 minutos y Samuel listo. Partimos por la avenida dando vuelta para cortar camino. Al llegar a la avenida, el chofer malencarado se cruzó abruptamente por la avenida y nos cedió, amablemente, el paso.
Unas cuantas cuadras, vuelta a la derecha. Calles con nombre sin nombre. Arboledas tapaban la claridad del sol. 11:50 am, el desayuno se comienza a volver comida.

Claxonzasos a Gaby. Serenata. Gaby fuera. Se sube y comienza la discusión con los malencarados (no sin antes mencionar que los dos carriles estaban siendo ocupados por nosotros).
Pues ya no va a haber Juan - decía el malencarado chofer.
¿Y si vamos a otra parte? - contestábamos en una guerra como de dos fragatas.
¿Pero a dónde? - contestan.
A ver, déjame hacerme a un lado primero. - Al decir esto se adelanto nuestro móvil y el otro también, por lo que una colisión se pudo presentar, pero muy tranquilo, nada pasó.

Pues vamos a la desayunaduría que esta por sierra de Mazamitla - comenté con aprobación de la mayoría de los pasajeros.
Qué vamos a la desayunadudaduría, esa cosa, por sierra de Mazamitla - le comentó nuestro chofer al otro.
No, vamos a San Juan de Dios a desayunar - comentó.
Imposible, yo no llego a hora a mi clase de la 1 - dije, para esto eran 11:55 am.
Que no llega a su clase de la una - dijo el chofer.

Después de largas discusiones decidieron ir a los Chilakos de la UP (para los que no sepan, son chilaquiles baratos y buenos que están aquí en la ZMG muy cerca de la Universidad Panamericana) .
Una vuelta en U y nos encaminamos por la avenida Colón para tomar Periférico y hacer más corto el trayecto o al menos más rápido que ingresar a la jungla de obras.
Cuando íbamos en camino gritaron del otro carro al nuestro que si iba a ir a desayunar, a lo que le siguió una negativa mía. Comenté que me dejaran en el puente del Iteso.

La ida a ninguna parte, parte 2
Al estar en la parada a un lado del puente me despido de mis acompañantes. Salgo del carro, comento que clase tengo, la cuál es de suma importancia para mi realización, y voy al carro de los malencarados a despedirme.
Realizada la despedida, los veo partir lentamente al semáforo. Subo rápidamente las escaleras para poder observarlos desde las alturas. Los veo entablar conversación y en cuanto el semáforo torno de su rojizo a un verde, arrancó como bólido dejando atrás a su contrincante.
Al verlos marchar me dispongo a bajar lentamente, con un hueco en el estómago y antojándome esos deliciosos tacos que sigo sin probar en todo el semestre, hacia la entrada del Iteso.
Saco mi credencial, la muestro. Estoy dentro.

Camino por el pasillo rumbo la cafetería central. Me cruzo con varias personas, una pareja discute, sigo avanzando. Al llegar a la cafetería me preguntan: "¿y luego? que no habían ido a los Juan"

Arriba y adelante!!!